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Incertidumbre y libertad

Autor Jonathan López - March 18, 2025

Vivir improvisando es la única manera de vivir en un mundo lleno de incertidumbre.

Incertidumbre, por cierto, que solo introduce el ser humano. En la naturaleza cuando va ha haber tormenta, el clima avisa. El movimiento de los astros se puede predecir con décadas y siglos de antelación y con una gran precisión. Pensando un poco se me ocurre que los eventos naturales más inciertos e imprevisibles actualmente son las erupciones volcánicas y los terremotos. Cuando esta a punto de ocurrir un terremoto los animales se alteran antes. Parece que son capaces de preverlo. Por lo tanto, que nosotros no hayamos identificado aun las señales no significa que no existan. Pero aun considerando que los terremotos sean imprevisibles, suelen ocurrir en determinadas zonas concretas. La frecuencia también es tan baja que se puede aceptar y considerar que el lugar es válido y aceptable para vivir. Además, con la tecnología que hay se puede construir de manera que los terremotos apenas hagan daño. Al final se reduce el terremoto a un evento con su incertidumbre pero que no comporta grandes riesgos si se hacen las cosas bien.

Por lo tanto, la mayor incertidumbre, y el riesgo que éste comporta, es producida por el hombre. Es el trato del hombre con el hombre la fuente de incerteza y caos. Quizás por la libertad que éste tiene a la hora de decidir y reaccionar ante las palabras y las acciones de otros. La naturaleza no tiene esa capacidad por lo que la naturaleza mantiene el orden, la estabilidad y es previsible. Todo lo contrario que el hombre.

Supongo que por eso nos sentimos más tranquilos y confiados con aquellas personas que conocemos más y sabemos cómo responderán o que siempre reaccionan igual. ¿Será la incerteza y el caos que se introduce en el mundo el precio a pagar por la libertad? ¿Vale la pena? ¿Compensa?

Si todos actuaran con sentido común y de forma racional el caos no sería tan terrible, se reduciría muchísimo, no causaría tanto daño. Pero la alternativa tampoco se si sería mucho mejor. Un mundo lleno de personas “robotizadas”, con comportamientos mecánicos, totalmente predecibles, acotados y repetitivos.

Aunque pensándolo bien quizás no tanto. Solo hay que ver el mundo animal. En cierto sentido los animales son “libres”. Tienen cierta capacidad de actuación de forma independiente. No la libertad que otorga el libre albedrio y el raciocinio: la capacidad de decidir, de juzgar lo bueno y lo malo, lo verdadero y lo falso, lo conveniente e inconveniente. Ellos se mueven en base a estímulos, cierta inteligencia e instintos, no en base a una auténtica libertad de elección y a la racionalidad.

Parece que los animales disfrutan de cierta “libertad” limitada, aunque no sean realmente conscientes de ello. Solo hay que ver cuando juegan los cachorros entre ellos o un ave volando. En general, los animales una vez saciada el hambre viven en paz entre ellos y en ocasiones con un comportamiento realmente sorprendente. Dan envidia. Creo que ellos también viven, en cierto sentido, improvisando pero no en el caos. Muy probablemente debido a esa falta de libertad real, de libre albedrio y raciocinio.

Por lo que entiendo que librarse de la incertidumbre implicaría vivir como un autómata o bien como un animal irracional… ¡Punto para la incertidumbre!

¿Qué significa entonces para mi que el mundo esté lleno de incertidumbre? Lo primero que se me ocurre es que no debería esperar tener “seguridad” para tomar ninguna decisión que implique interacción con otras personas. Tampoco en las individuales, yo mismo soy un ser humano que introduce esas incertidumbres que impiden y bloquean la “seguridad” en las decisiones. Segundo, que debería ser mucho más flexible. En mis planes, al tratar con otros y estar abierto a la idea de que podría ocurrir cualquier cosa. No apegarme obstinadamente a un objetivo, meta, expectativa o deseo. Como recomiendan los filósofos, debería aprender a ajustar mi impulso a las circunstancias y limitar mi deseo a lo que depende de mí.

Es fácil de decir y complicado de cojones llevarlo a la realidad. Implica ser constante y convertir en hábito decidir con cláusula de reserva y prever la adversidad.

Se que la inmensa mayoría de mis miedos no se cumplen. La inmensa mayoría de las cosas malas que imagino que podrían ocurrir nunca ocurren. Es más, casi siempre, cuando algo se tuerce, ocurre aquello que no se me había pasado por la cabeza. O al menos, no como había esperado. De poco, en sentido práctico, me sirve prever la adversidad. De mucho en sentido emocional.

Lo peor que podría ocurrir cualquier día de estos es que muera un ser querido. Seguramente ocurrirá cuando menos lo espere. Es lo que tiene la incertidumbre. Pero se que eso seguro pasará. Sea que yo esté aun vivo o no. Por lo que sé que he de prepararme para ello.

Por otro lado, yo también contribuyo de alguna manera a esa incertidumbre en el mundo. Pero si está en mis manos, controlando mis palabras y acciones, quizás deba esforzarme un poco más por minimizar mi contribución al caos. Es lo que vendría a ser convertirse en una persona más confiable. Creo que la única manera para ello sería usar mi libertad para actuar consistentemente y regularmente dentro de lo razonable y no desde la irracionalidad.

A estas alturas de la reflexión me entran las ganas de decir: la irracionalidad es el caos. Pero habría que matizarlo. Los animales son irracionales pero no viven en el caos. En cambio, en el hombre, el único ser racional sobre el planeta Tierra, cuando se comporta de forma irracional es cuando causa el caos. Conclusión: la irracionalidad humana es la que causa el caos.

Curioso. Esa idea me lleva a pensar que cuando no se cumple con la naturaleza humana (la naturaleza racional del hombre) te jodes a ti mismo y a los que te rodean. Misma idea que ya defendían los estoicos hace unos 2300 años o más. Nada nuevo bajo el sol. Pero interesante de reflexionar y ver cómo todo se relaciona, las diferentes implicaciones y el porqué de ellas.

El mundo está demasiado lleno de caos. Viéndolo así, la falta de certeza ya no me parece tan mala como al principio de empezar a escribir. Comparando el concepto de incertidumbre y de caos, éste último se lleva la peor parte. “Incertidumbre” implica que estas tratando con seres humanos racionales y libres. “Caos” por el contrario implica que estas tratando, lo sepas o no, con humanos que actúan desde la irracionalidad, esclavos de las pasiones, vicios, miedos o deseos descontrolados. Vamos, una putada para cualquier tipo de previsión que hubiera podido hacer.

¡Qué felices pueden ser los animales! Si sienten ese estado de felicidad, claro. Ellos viven desde su naturaleza irracional y, a diferencia del ser humano, no hay nada en ellos que los saque de ahí.


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