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El fanático vs el pensador crítico

Autor Jonathan López - March 18, 2025

La persona fanática puede ser una persona inteligente. Que sea fanática no implica que sea estúpida, solo que le falta pensamiento crítico. Le falta raciocinio, entendido como la capacidad de distinguir lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso en base a pruebas y argumentos.

Inteligente significa que es capaz de entender y comprender. El pensamiento crítico en cambio significa que duda de las afirmaciones y busca pruebas que las validen, pone a prueba las creencias nuevas y previas para distinguir la verdad de la falsedad.

El fanático es rígido en su forma de pensar, dogmático. El pensador crítico es flexible en su forma de pensar, razonable.

Una persona inteligente puede estar cerrada a la posibilidad de cambiar sus creencias previas. El que usa el pensamiento crítico esta abierto a ello y desea mejorar y corregir lo que piensa, cree y opina. No significa que cambie de opinión con cada nueva información que reciba, sino que esta dispuesto a cambiarla si le presentan buenos argumentos y razones justificadas para ello. El fanático en cambio de obstina y persiste en su creencia; recurre a excusas, “sensaciones”, falacias lógicas y a la fe para persistir en aquello que cree a pesar de las pruebas, datos y argumentos de peso en contra.

El fanático se limita las fuentes de información a las que sean afines a su forma de pensar. Evita argumentar y razonar (a través de conversaciones, lecturas o escuchando conferencias) con aquellos que piensan diferente. Por su parte, aquellos que piensan diferente ya están juzgados y condenados intelectualmente.

El pensador crítico amplia siempre que puede sus fuentes de información. Compara diferentes formas de pensar diferentes respecto a un mismo tema. Busca argumentar y razonar (a través de conversaciones, lecturas o escuchando conferencias) con aquellos que piensan diferente. Por su parte, aquellos que piensan diferente no están juzgados ni condenados intelectualmente. Acepta que hayan diferentes puntos de vista y le agrada.

El fanático cree que posee “La Vedad” (en mayúsculas). El pensador crítico no aspira a alcanzar la verdad sino la postura más razonable y justificada posible sobre un tema.

Ser fanático es fácil. Solo tienes que dejarte llevar y no pensar. Ser pensador crítico es difícil. Tienes que esforzarte, apartar y dedicar tiempo a investigar y razonar por ti mismo. En cambio, el fanático vive a merced de las circunstancias y al son dictado por otros. El pensador crítico vive su propia vida, despierto a la realidad y consciente. Vive al son que el mismo dicta.


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