Jolouster
Come, bebe y ve el bien por todo tu duro trabajo

El mal

Autor Jonathan López - March 18, 2025

Estas semanas me he estado cuestionando el principio o dogma estoico que trata de explicar el origen del mal. Mi experiencia y reflexión me lleva a desecharlo. Desde un principio me rechinaba.

Según Sócrates y la filosofía estoica el mal es consecuencia de la ignorancia de donde está el verdadero bien.

Argumentos por los que creo que es erróneo:

  1. Todo el mundo, por la experiencia de la vida e independientemente de la educación formal que haya recibido, es capaz de distinguir aquello que causa daño, problemas, inconvenientes o sufrimiento a uno mismo o a otros.

  2. Por la propia naturaleza humana, de forma intuitiva, rehuimos, rechazamos y condenamos todo aquello que genere malestar, dolor o sufrimiento en uno mismo o a otros. Todos tenemos cierto sentido de justicia. No hay que ser muy listo ni haber estudiado para saber esto.

  3. Llamamos “bienes” a todo aquello que nos ayuda o contribuye a tener relaciones sociales positivas o generan algún tipo de bienestar, comodidad, gozo o placer a uno mismo o a otros. Tampoco hay que estudiar mucha filosofía ni ir al colegio para saber eso. De forma instintiva todo el mundo lo sabe aunque no sepa verbalizarlo.

  4. Si el mal fuera consecuencia de la ignorancia la solución a los problemas del mundo sería hacer accesible el conocimiento. No es así. Todos tenemos un smartphone que nos da acceso inmediato a la mayor fuente de conocimiento del mundo y siguen habiendo robos, mentiras, estafas, asesinatos, guerras, etc.

  5. Cambiar la forma de pensar sí cambia realmente la forma de actuar y comportarse independientemente de que haya o no un aumento en el conocimiento o saber de la persona.

  6. ¿Por qué aun sabiendo lo que es correcto, y habiendo actuado bien en la misma situación en el pasado, en ocasiones actuamos mal? No es por falta de conocimiento. Sino que bajo presión, las prisas, el dolor, el cansancio, la mala salud, el estado anímico, etc. es más fácil que nuestro pensamiento se distorsione y nos equivoquemos al juzgar o decidir.

Por lo tanto:

No es por ignorancia ni desconocimiento de qué cosas son malas o no. El mal está en pensar que nuestros intereses o conveniencia son prioritarios y priman sobre la opción de evitar causar malestar, dolor o sufrimiento a otros o a uno mismo a medio o largo plazo. El mal está por lo tanto en pensar o razonar mal. Usar la capacidad de razonamiento innata en todo ser humano, por limitada que ésta sea, incorrectamente.

Todo ser obedece a su naturaleza, pero el ser razonable debe vivir según su naturaleza de ser razonable, lo que le lleva a vivir al mismo tiempo en concordancia, en armonía, con esa Naturaleza universal que es la Razón universal. – Pierre Hadot. “Manual para la vida feliz” pág. 117

Si las opiniones sobre las materias son correctas, hacen bueno el albedrío, pero si son torcidas y desviadas, malo. – Epicteto. DE.1.29

Uno pierde la inocencia tan pronto como antepone su egoísmo a la convivencia, al bienestar de las relaciones sociales con las que uno tiene que lidiar en el día a día.

Simplificando, la maldad sería anteponer de forma reiterada los intereses personales a los valores moralmente aceptados como correctos. Pese a ver o saber las consecuencias negativas que tendrán nuestras acciones en otros.

Por eso, si uno pone en el mismo lugar la conveniencia y lo sagrado y la patria y los padres y los amigos, todo esto se salva. Pero si pone en un sitio la conveniencia y en otro los amigos y la patria y los parientes y la propia justicia, todo esto se va, hundido por el peso de la conveniencia. En donde uno ponga el “yo” y “lo mío” a ello es fuerza que se incline el ser vivo. Si en la carne, allí estará lo dominante; si en el albedrío, allí estará; si en lo exterior, allí. – Epicteto. DE.2.22.18-20

El regente del hombre vil no es de fiar. Es incierto, indeciso, vencido cada vez por una representación distinta. – Epicteto. DE.2.22.24

Lo que se podría atribuir a la ignorancia serían las equivocaciones o errores (no el mal). Que serían aquellas acciones que se llevan a cabo por ignorancia, falta de información, o porque hayamos sido engañados. Si bien pueden tener consecuencias negativas no podrían calificarse como “malas acciones” ya que no se ha antepuesto el egoísmo a la moral.

¿Qué piensas? ¿Que voluntariamente caigo en el mal y pierdo el bien? ¡Nada de eso! ¿Cuál es, pues, la causa de mi error? La ignorancia. – Epicteto. DE.

Fijarse que aquí Epicteto habla de error, no de maldad. El error, o la equivocación, sí es consecuencia de la ignorancia.

Las equivocaciones y errores se “arreglan” o corrigen aportando conocimiento. Las pasiones, vicios y malos comportamientos solo se corrigen cambiando la forma de pensar, de razonar.

Posibles contra-argumentos

En su contra se podría alegar que una cosa es el saber “teórico” y otra cosa muy distinta el saber “profundo”, “sapiencial” o “práctico”. No se sostiene el argumento. Saber es saber, punto. Ponerle apellidos es marear la perdiz y tergiversar el concepto (al igual que en el caso del concepto justicia). La clave está en que tú valores más ciertas cosas que otras a la hora de razonar y elegir en base a ese saber.

Ejemplo. Uno sabe que comer mucho azúcar es malo. Bien, lo sabe. Ahora uno puede tener en consideración otras cosas: el placer, el sabor, la comodidad o facilidad de acceso a alimentos con azúcar versus a alimentos sin azúcares añadidos, otras creencias que puedan influir en la decisión, etc. Elija la opción que elija el conocimiento de que el azúcar perjudica lo tiene. La diferencia está en si pasa olímpicamente de ese dato o no, si valora más o no las otras consideraciones que ha tenido en cuenta o si le compensa o no el esfuerzo por evitarlo, si otras creencias o datos tienen más peso o no en esa decisión.

Es cuestión de juicio. No de ignorancia.

Si no supiera que el azúcar es dañino, cuando se entera de ese dato puede considerar o no que su comportamiento previo era un error o equivocación y elegir cambiarlo o no.

Lo mismo se podría aplicar al robo, la mentira o cualquier otro tema.

También se podría alegar que saber algo no te cambia, pero vivirlo sí.

En esa afirmación se olvida que vivirlo, experimentarlo, te hace pensar y razonar de forma diferente. El saber inicial no cambia, pero uno ve las consecuencias, percibe los matices e implicaciones que antes no había considerado al pensar en ello (si… ha llegado a pensar en ello) y eso se añade al dialogo interior, el proceso de razonamiento y valoración, que todos tenemos. Vuelve a ser cuestión de juicio. No de ignorancia.

Otra persona con el pensamiento crítico mucho más desarrollado puede haber llegado a la misma conclusión sin la necesidad de haberlo vivido y sufrido en carnes propias. ¿Por qué? Es cuestión de juicio. No de ignorancia.

Por eso mismo la filosofía es tan beneficiosa en la medida en que nos ayuda a pensar, trae a la mente ideas, argumentos y matices en los que no hubiéramos pensado por nosotros mismos.

Aunque tampoco es imprescindible. Hay gente que sin saber nada de filosofía por sí sola, mediante la experiencia propia, o simplemente reflexionando, ya ha llegado a ciertas conclusiones y por ello se comporta tal como ciertos consejos filosóficos dicen sin haberlos oído antes. De ahí la típica frasecita: “Ah!, yo eso ya lo hago de toda la vida sin haber estudiado filosofía estoica…”.

La filosofía, al igual que la experiencia, al hacernos pensar y cambiar nuestro marco de referencias, nos permiten aprender y cambiar mucho más rápidamente que sin ella.

Consecuencias

Considerar que el mal procede de juicios o razonamientos erróneos permite entender que:

  • Para comprender mejor a las personas hay que conocer su marco de representaciones del mundo. Trata de comprender cómo piensan.
  • Si no sabes cómo piensa, cómo razona, qué cree, cual es su marco de referencia no se puede juzgar correctamente.
  • Existen acciones intrínsecamente malas independientemente del momento o circunstancia.
  • De las dos ideas anteriores se sigue que se pueden juzgar acciones concretas, no a la persona en sí.
    • Habitualmente juzgamos acciones no personas. Recordar el matiz, es importante.
    • No hay que juzgar el desempeño actual de una persona en base a acciones pasadas.
    • Las acciones pasadas no definen a una persona en el presente. La forma de pensar cambia.
  • Los sesgos, falacias, el contexto, creencias, estado físico y anímico tienen mucho peso en nuestro comportamiento.
  • Es muy importante el orden o jerarquía de nuestra escala de valores.
  • El conocimiento no aporta virtud.
  • La educación funciona en tanto ayude a pensar más o mejor, a desarrollar el pensamiento crítico propio.
  • Solo cuando cambia la forma de pensar cambia el comportamiento aun cuando no haya cambio ni aumento en el conocimiento.
  • El reproche, enfado, denigración o la coacción no motivan ni producen cambios verdaderos.
  • El pensamiento crítico es la clave para actuar correctamente.
  • Nos hace responsables. La mala acción es una elección.
  • Hace coherente y lógico el sentido de justicia que nos impulsa de forma innata, natural y automática a buscar una compensación por el daño sufrido y un castigo para el malhechor.
  • El castigo, razonable, equilibrado y coherente, es aceptable y necesario. Contribuye a hacer entender el error de cierta forma de pensar o que cierto comportamiento no compensa. El objetivo debería ser ayudar a razonar correctamente. Como mínimo protegerá al inocente del comportamiento de esa persona.
  • Hay gente que actúa con malicia y maldad. Defenderse de ellas es justo y necesario.
  • Que seas culpable de una mala acción pasada no te impide cambiar tu forma de pensar y tus elecciones futuras.
  • Que sea lógico no significa que sea verdad o bueno.
  • Importa más el amor por la verdad que tener razón. Hay que estar dispuesto a cambiar creencias, opiniones, corregirse y por lo tanto mejorar (crecer).
  • Las contradicciones no existen. No pueden existir en el mundo real. A es A, punto. A no puede ser A y, en el mismo contexto y tiempo, ser B. Vivir en contradicción con uno mismo es ser incoherente y ningún comportamiento incoherente puede traer satisfacción, plenitud ni gozo.
  • Para ser buena persona hay que pensar por uno mismo.
  • Mala persona es aquella que se niega a pensar o antepone su egoísmo y orgullo en sus decisiones. Razonar con sinceridad, no razonar para justificar.
  • Debes buscar tu propio bien, pero no a cualquier precio.
  • Todo el mundo piensa diferente, por lo tanto actúa diferente a como lo harías tú. Acéptalo.
  • No hay conflictos de intereses entre seres humanos que aman la verdad.
  • Solo el pensamiento crítico te da la libertad.
  • La espiritualidad genuina es la culminación del pensamiento crítico.
  • Por mucho que te esfuerces cometerás errores de razonamiento y por tanto actuarás equivocadamente. No pasa nada. Eso no te hace mala persona. Responsabilízate, compensa el daño hecho, aprende e intenta hacerlo mejor a la próxima. No tiene sentido enfadarse cuando se equivoquen otros.
  • El mundo en sí mismo no es bueno ni malo. Las personas, sí.

Te invito a que dejes un comentario más abajo y me digas que opinas al respecto.